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¿Qué tipos de encuadernación existen?

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No se debe juzgar un libro por su portada.

¡Nunca una frase del refranero español estuvo tan equivocada! La portada de un libro es su escaparate; es donde leemos el título que nos incitará o no, a leerlo; es donde aparecen las imágenes que nos llaman la atención y en muchos casos, sobre todo en los ejemplares más antiguos, la portada en sí misma es una obra de arte. Además, la portada, o mejor dicho, las cubiertas, son las que protegen el contenido del libro y constituyen el último paso en el proceso de encuadernar, que según la definición del diccionario de la Real Academia de la Lengua “… es coser o pegar las hojas o pliegos que han de formar un libro u otra publicación y ponerles cubiertas o tapas”

En definitiva, la cubierta superior, el lomo y la cubierta inferior se unen al “cuerpo del libro” —construido previamente cosiendo o pegando las hojas—, cubriéndolo para que se forme un conjunto compacto y fácil de manejar. Existen diferentes formas de coser las hojas de un libro en función del tipo y forma del soporte, es decir, si son hojas sueltas o pliegos formando cuadernillos, o si es papel, pergamino o vitela, pero de esto ya hablaremos en otro capítulo.

Tipos de encuadernación

Existen varios tipos dependiendo del período histórico durante el que se realizó; la importancia de la obra en sí; los materiales utilizados y, por último, la finalidad de la obra en cuestión.

Una clasificación general aplicable a todos los tipos, se basa en el núcleo utilizado, es decir en el material básico con el que se forman las cubiertas.

  • Encuadernación de Tapa Blanda

Se llama así cuando las cubiertas de un libro se hacen con un papel resistente o con pergamino. El cuerpo del libro queda protegido pero dotado de cierta flexibilidad.

En ocasiones para dar más consistencia al libro, se utilizaron como núcleo, papeles desechados, manchados o defectuosos —llamados “maculatura”— que se usaban como soporte del material, sobre todo en la encuadernación de pergamino, elegido para la cubierta.

  • Encuadernación de Tapa Dura

En este caso se utilizan materiales rígidos para el núcleo de las cubiertas, como la madera, en ocasiones cubiertas con metales preciosos o piel; o cartón rígido, que se cubren con otros materiales más flexibles (piel, telas bordadas, papel).

El antecesor del cartón, es el llamado papelón, que se hacía pegando dos o mas hojas de papel maculatura hasta formar una base más o menos rígida y conseguir el grosor necesario. Fue en el siglo XVI cuando se empezó a utilizar el cartón como núcleo de las encuadernaciones. Las encuadernaciones de tapa dura hechas con cartón se conocen como “Cartoné”.

Con el paso del tiempo aparecen nuevas técnicas, nuevos materiales y nuevos modos de utilizarlos, como es el caso de la encuadernación conocida como Holandesa o media encuadernación, que consiste en cubrir el lomo y las esquinas del libro con piel y el resto con tela o papeles decorados y cuyo motivo es el de abaratar costes.

Fue en el siglo XVIII cuando se empezó a utilizar la encuadernación rústica hecha con un simple cartón o cartulina, a veces recubierto con un papel marmoleado, dando más importancia al lomo, que se decoraba más que el resto de la cubierta.

Construcción de la cubierta

Tanto si los libros son de tapa blanda como de tapa dura, los modelos de cubiertas según su construcción son variados.

  • Con ceja: A partir del siglo XIII se empiezan a agrandar las cubiertas de madera formando una ceja que sobresale del cuerpo del libro, con el fin de protegerlo al ponerlo en posición vertical.
  • Con ceja YAPP: Se trata de las cubiertas un poco más anchas que el cuerpo del libro que se pliegan sobre los cortes del libro para protegerlo. Es muy habitual en las cubiertas de pergamino con tapa blanda
  • De cartera: Es típico de las encuadernaciones islámicas, y se realiza alargando una de las cubiertas formando una solapa que se pliega sobre la otra cubriendo el corte anterior del libro.

Cubiertas decoradas

tipos de encuadernacion artesanal

En cuanto a las técnicas de decoración, según la importancia del libro, o del cliente que lo encargó, se tallaba directamente la madera o se repujaba el metal, a veces añadiendo incrustaciones de piedras preciosas. También se utiliza la estampación con hierros templados aislados que marcan un dibujo ejerciendo presión sobre la piel humedecida (gofrado); con ruedas que se utilizan a partir del siglo XV así como también las planchas de grandes dimensiones que estampaban de una sola vez toda la superficie de las tapas, además de la estampación de pan de oro, de la que hablaremos en otro artículo.

Los estilos decorativos son reflejo de cada época y se definen, al igual que el resto del arte, como románico, monástico, mudéjar, gótico, plateresco, barroco, etc.

Desde la Edad Media se añaden broches y cierres a las encuadernaciones para proteger el cuerpo del libro, a veces también cadenas de metal para asegurar el libro a su soporte y evitar los robos. Pero lo más curioso fue la aparición de un añadido de cuero que se sujetaba a la cintura del lector, que lo podía llevar consigo siempre que el libro fuera pequeño como breviarios, libros de cuentas, de horas o similares, y son conocidos como libros de cintura. Posteriormente también llevaban colgados libros de medicina para poder utilizarlos en el momento necesario. Era un sistema de seguridad

La revolución industrial introdujo nuevas técnicas y nuevos materiales convirtiendo el oficio de la edición y encuadernación en una industria, y relegando la composición manual de un libro a la categoría de artesanía ¡y no lo es! Hacer un libro manualmente es un trabajo duro que requiere concentración, paciencia, tiempo y soledad. Cada ejemplar hecho a mano es una obra de arte, pues, y volviendo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua: arte es «Manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros». Lo real o imaginado es lo escrito por el autor, y el libro, en su estructura, materiales y diseño, es el recurso plástico. Pero lo verdaderamente real de un libro es que …

… Un libro no es solamente un libro

Un libro es el esfuerzo del maestro que decoró las cubiertas, del ilustrador que pintó las imágenes, el encuadernador que además doró los cortes, de los oficiales que lo compusieron preparando cada parte para que encajara exactamente y diera como resultado un ejemplar único; es la admiración del aprendiz que entra por primera vez, tímido e ilusionado, en un taller para aprender un oficio; es la dedicación de los traperos recogiendo el material para elaborar el papel o de los curtidores que curtían y teñían las pieles con alumbre, taninos o zumaque … su esfuerzo, sudor y dedicación plasmado en un bello objeto. Restaurar un libro antiguo es devolverlos a la vida.

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