En este artículo vamos a hablar sobre la labor de la encuadernación, considerándolo como un arte casi en peligro de extinción. También, se dará un breve repaso a las herramientas necesarias para embarcarse en este apasionante mundo.
En una sociedad donde el papel ha sido sustituido por las pantallas y los libros empiezan a morir en las bibliotecas, las encuadernaciones siguen cautivando y enamorando a millones de lectores que deciden adentrarse entre las páginas de un libro solo por el detalle y cuidado de su encuadernación.
Emilio Brugalla, considerado como uno de los mejores encuadernadores del mundo, consideraba sus encuadernaciones obras de arte. Un arte que, como otro cualquiera, no debe caer en el olvido.
La encuadernación causa admiración en el lector y su historia está íntimamente ligada a la del libro. Con la aparición de los códices y la necesidad de conservarlos llegaron las primeras encuadernaciones.
Pese a que la encuadernación debe ser un proceso largo y minucioso donde en todo momento se ha de contar con las manos del artista, puedes ir iniciándote en este maravilloso mundo a través de unos útiles consejos y unas herramientas básicas.
En primer lugar, se debe tener en cuenta cuál es la estética que se quiere que el libro guarde, así como la idea que se intenta transmitir con el documento. De la misma forma, deberemos tener en cuenta el público al que va a ir dirigido y la función que se le va a dar. No es lo mismo un libro antiguo o de una colección única que uno destinado a pasar el resto de sus días en una biblioteca. Su uso será diferente y, por lo tanto, la estructura y los materiales que se empleen variarán de unos casos a otros.
Por otra parte, se debe tener muy presente cual será la arquitectura de la obra a encuadernar y los aspectos técnicos de su elaboración, así como las herramientas de las que se debe proveer para que el trabajo quede impecable.
En este último aspecto, son muchas las herramientas utilizadas para la encuadernación que puedes encontrar en alguna tienda especializada, aquí te resumimos las más importantes.
El telar de madera, consistente en una tabla de madera delimitada en sus extremos por unos husillos que facilitan la labor de coser los cuadernillos.
Otro de los utensilios famosos utilizados por los expertos en encuadernación es la prensa. Fabricada en hierro, sirve para ejercer presión sobre los libros. Existen diversos tipos de prensa las horizontales (la prensa más conocida) y verticales ( donde se introduce el libro de manera vertical a fin de realizar diferentes operaciones como, por ejemplo, sacar cajos). Cada una de ellas tiene formas diferentes y diversos fines, así, por ejemplo, la prensa ingenio se usa para cortar el papel de los libros de manera muy fina. Sin embargo, en cuanto al corte, la cizalla es la herramienta por excelencia. Esta sirve para cortar cartones y son todas manuales de diferentes tamaños.
A la hora de plegar las hojas para la encuadernación son básicas las herramientas que nos faciliten la labor. La más conocida en entornos industriales, denominada plegadera, se considera la mano derecha de un encuadernador. Como su propio nombre indica, la plegadera sirve para plegar las hojas del documento de manera exhaustiva y muy precisa. En el caso de que el lomo del libro sea redondo lo que se utiliza es un borneador.
Para rebajar el grosor de las pieles utilizadas durante la encuadernación, se utiliza la chifla. Esta permite que la parte donde se encuentren las dobleces de la piel, el lomo y las esquinas queden con un grosor más fino y más manipulable. Es una herramienta sencilla que se compone de una cuchilla ancha y casi cuadrada sujeta a un mango que suele ser de madera.
Para abrir todos los agujeros del lomo y que encajen los cordeles y cadenetas del cosido se utiliza un serrucho similar al que todos conocemos.
Un acabado perfecto y con mínimo cuidado del detalle implica otra serie de herramientas, como la lija, para dejar la superficie del libro lisa y libre de materiales sobresalientes. También es habitual emplear el rejón, de apariencia similar al cúter, este se usa tanta para cortar como para raspar restos de otros materiales que hayamos utilizado en el proceso, como el pegamento.
Estas son solo algunas de las herramientas básicas que se utilizan durante el arduo y laborioso proceso de encuadernación. No obstante, existen otras muchas que un buen encuadernador debe tener en cuenta si quiere conseguir una obra maestra.
Nos referimos, por ejemplo, a las reglas con las que se van a tomar las medidas para que estas resulten lo más precisas posibles. Se utilizan así escuadras y reglas de material metálico, compás de doble punta o un micrómetro para saber el grueso de los materiales que vamos a pegar.
A la hora de ponerse manos a la obra con el cosido es importante tener en cuenta el tipo de hilo que se va a utilizar. Existen diferentes grosores del mismo por lo que, dependiendo de la cuadernilla o del papel utilizaremos uno u otro.
Con estos utensilios te será posible llevar a cabo encuadernaciones muy profesionales. Pero si el libro u obra que vas a tratar no está en buenas condiciones, será necesario una restauración previa.
Para esta tarea se requiere de otro tipo de herramientas, como la espátula de calor, que te será útil si necesitas pegar papel que requiera de calor para su correcta adhesión o para quitar restos de pegamento. Las puntas de estas espátulas suelen estar elaboradas con bronce por ser este material uno de los mejores conductores de calor.
Tampoco pueden faltar, en las labores de restauración, unas pinzas para recolocar fragmentos de papel, una buena luz para enfocar a la zona que se esté trabajando o un mortero en el caso de que haya que mezclar productos químicos.
Pero si te da miedo lanzarte a la aventura tú solo puedes acercarte a conocer las clases y talleres de Ana Jessen. Durante estas clases se enseña a los alumnos las técnicas de encuadernación que ella utiliza como encuadernadora profesional, así como los materiales que emplea en cada fase. La mayor motivación de estos cursos es que los alumnos desarrollen todo su ingenio mientras se divierten provocando así que el arte de la restauración y la encuadernación no muera con el tiempo.
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